“PODERES INVISIBLES” Y LAS DROGAS
“…el gran mal de hoy es el desamor “Prof. Milmaniene Supervisión en Gradiva.

Son tiempos de química. Todo se soluciona con la química. La palabra, el dialogo, llorar sufrimientos para “digerirlos” humanamente no está de moda. En la sociedad del espectáculo, la imagen y la tecnología la química parece mandar. Reina el desamor. La palabra está devaluada. Además, a quien contarle algo. No parece haber nadie. Somos “nadies” entre “nadies” y en la “nada”, precisamente, nada puede germinar. Pero hay Patrones de la química; son los que mandan y generan renta con los vaciados por el desamor y la falta de palabras.
Los trastornos mentales y adictivos crecen en una época. Pueden ser incluso la “caricatura” de este tiempo que nos toca vivir. Hoy las drogas ocupan un lugar central en lo sanitario y además son una fuente de plusvalía muy importante tanto para sectores delictivos como para sectores políticos y de la economía formal.
En esta economía de la producción de enfermos cambia incluso el rostro de quienes sostienen los “males” sociales. No existen más los “Pablo Escobar”. Valga la apreciación de los estudiosos colombianos “Notimérica” mencionado por el Plan de Drogas de España(julio-19) en donde claramente hay una estrategia diferente en la penetración en las sociedades. La máxima de Pablo Escobar (“Capo” de los 70’80 y parte del 90) “plata o plomo” varió hacia” plata…más plata…más plata” que junto con poder político y un marketing basado en el respeto a los derechos a consumir logran objetivos impensados.
Se pasó de la etapa de las personalidades violentas y orgullosas de sus armas a trabajar de forma silenciosa e “invisible”. Pasar desapercibidos y manejar los negocios financieros es una de las claves. Los acuerdos de paz de Colombia permitieron “lavar” grandes fortunas, proteger políticamente incluso con cargos de inmunidad parlamentaria a varios y al mismo tiempo nunca como hoy el país sudamericano produce tanta cocaína y marihuana. Estos acuerdos fueron “bendecidos” desde muchos lugares salvo desde las urnas ya que el pueblo pareció ver la trampa; pero lo “invisible” en su meta de dominio delictivo de las sociedades triunfó.
La meta de no visibilizar el dominio se ve en el negocio de la marihuana. En Wall Street debutó una empresa de marihuana medicinal Tilray con el 37.1 % de ganancias. La venta bajo receta médica para paliar ciertas
enfermedades (quimioterapia, epilepsias refractarias, etc.) es también una forma de “esconder” la venta en tiendas de marihuana o en farmacias para todo público como se hace en U.S.A, Canadá y en algunas farmacias de Uruguay .En U.S.A.el auditor General de Pennsylvania E.DI PASQUALE (Drug Watch Interantional-7;19)se queja porque de no legalizarse la venta de marihuana el Estado perdería 600 millones de dólares al año.
No importan referencias sanitarias. “Money is Money”.
La marihuana medicinal es un verdadero “Caballo de Troya” (forma deenmascarar otro fin) de la venta en tiendas, dietéticas, farmacias y esto es a su vez una forma de implantar de a poco la venta libre de drogas.
En todo esto es fundamental trabajar sobre la opinión pública ocultando los daños y mostrando los “beneficios” del consumo controlado. Los estudios sociales de las poblaciones de riesgo, las edades de máxima vulnerabilidad de tipo biológico-cerebral o del desarrollo no son tenidas en cuenta, así como todos los aspectos de salud pública como costos, daños y enfermedades asociadas y discapacidades, minusvalías, etc.
Dinero, dinero y más dinero asegurando el control político son formas de imposición coactiva junto con estrategias de marketing y con esto parece bastar; mientras tanto las propias carencias sociales y familiares
de nuestra post-modernidad ayudan a conseguir estos objetivos.
La caída de la vida familiar y de la educación son reaseguros para este nuevo control social, así como el debilitamiento de las sociabilidades organizadas alrededor del trabajo y las instituciones. A medida que se
agravan los factores de disociación social se enquistan en los territorios con “mano de obra” para tareas de control de territorios.
La legalización de ciertas sustancias contrariando datos de salud pública no es contradictorio con el aumento del poder ilegal, sino que al contrario se complementan. En Uruguay como ejemplo la venta en farmacias implicó el aumento de venta del mercado narco. Hay un aumento global del número de consumidores.
Hoy en U.S.A. ante la epidemia de consumo de opiáceos una cadena internacional de noticias propone a través de un sistema de información el reemplazo de éstos por la marihuana. Aquí podemos recordar al Dante de la Divina Comedia: “la confusión es el principio del mal de las
ciudades”. Nadie parece hablar de lo que le pasa a la gente, sus dolores. La herramienta del lenguaje como medio de resolución de los conflictos se abandona. La química parece ser la solución y sobre esta química se
estructuran poderes económicos muy fuertes y controles políticos.
MALES DE EPOCA
Hoy es la Post-modernidad tecnológica la que nos demanda e insta con sus síntomas. También llora la sociedad por los patrones que se han impuesto. Por doquier manifestaciones del desamor y el abandono. Época de soledades anestesiadas. con psicofármacos tomados sin consulta médica, drogas, alcohol y juego que parecen encubrir el vacío y de desamor. Vemos adolescentes que buscan Padres en su desesperada necesidad de Identidad. A veces el Padre también usa drogas. En otras oportunidades el hijo llama al Padre desde el consumo. Familias enteras con hijos consumidores se están internando.
Todos necesitamos encontrar la senda perdida de la palabra que es el límite al exceso restaurando un continente normativo perdido y un afecto para culminar en los síntomas auto-destructivos. La función, hoy,
desde mi punto de vista de los terapeutas es altamente ética ya que apunta a rescatar los valores de la vida y de la ternura ante los imperativos de la violencia.
Desde que nacemos, a diferencia de los animales, somos incompletos. Necesitamos de los afectos, el amor, las normas, los límites y la tutela de otros que nos ayuden a ser. Los animales no acariciados en los primeros
momentos de la vida tienen menor resistencia a los virus y bacterias, aparecen enfermedades del sistema defensivo inmunológico. Nosotros desarrollamos también crisis y llamados al Otro y a los otros por la ausencia de ternura aún desde los desafíos más omnipotentes y
violentos.La barbarie ha llegado a las relaciones humanas; es la barbarie de la“errancia” de los amores, la fragilidad de los vínculos, el abandono de
niños y viejos .Dominamos el átomo, el misil, los espacios, los genes. Somos, casi ,dioses. Pero funcionamos, algunos, como primates capaces de lo peor. El suicidio, una sobredosis, una enfermedad de transmisión
sexual son, quizás, formas de hablar para que alguien intervenga. Todo síntoma es un mensaje. Pero vemos que en muchos casos nos quedamos sin interlocutores. Familias en muchos casos dislocadas hacen que
alguien no tenga con quien hablar. La caída del lenguaje, de la interlocución, del reconocimiento que se logra cuando alguien nos escucha está hoy muy vigente.
La caída del Otro y de los otros significativos en la vida de los sufrientes es el peor de los “testigos mudos” de la Post-Modernidad actual. Sin “testigos nos evaporamos “decía magistralmente Sartre. En esta sociedad parecería que solo se consiguen “cómplices” pero no testigos.
El cómplice solo está para” la trampa”. El testigo nos “banca “en el sufrimiento y al sostenernos en la escucha nos brinda con-suelo (esto nos da suelo o sea nos contiene) pero al mismo tiempo permite que nos
repongamos haciendo que surja lo mejor de nuestros recursos y venzamos la desesperanza fruto, en última instancia, de la desesperación y la soledad. Solo la esperanza aparece cuando tenemos interlocutores significativos. Pero la química es lo que parece imponersecon su Poder económico.
DR. JUAN ALBERTO YARIA
DIRECTOR GENERAL GRADIVA-Rehabilitación en adiccion

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *