Las diversas situaciones que viven los adictos a sustancias derivan en escenas donde en ocasiones se puede actuar

con cierta prudencia y elaborar un proceso de tratamiento pensado y diseñado según cada individualidad lo requiera, teniendo en cuenta que aquí existe un grado de voluntad necesaria del sujeto para revertir la situación.
En otras situaciones más complejas se llega a una instancia
 de urgencia y desesperación que lleva en ocasiones a los familiares y equipos de admisión a solucionar de cualquier manera ese síntoma y a lo largo de los días se hará imposible sostener lo planteado, pues una vez que el sujeto se haya estabilizado querrá volver a su estilo de vida destructivo.

 

Las situaciones complejas podrían ser: sobredosis, violencia extrema, peligro para sí mismo y los demás, situación judicial. Evidentemente aquí no existe la voluntad concreta de cambio, sí puede estar oculta y en ese caso habrá que elaborar un plan en conjunto con la familia, el equipo de admisión y principalmente el sujeto para que pueda ir dándose cuenta de la gravedad de su situación o sea que tome conciencia de enfermedad.
No se debería actuar teniendo en cuenta la urgencia y la desesperación de la familia, pues eso nos llevaría a dar soluciones sin tener verdaderamente un diagnóstico aproximado del sujeto para poder evaluar que tipo de asistencia necesita.
Ahora cuando se presentan situaciones límites donde la espera puede ser perjudicial para la salud física y psicológica del sujeto adicto sí se deben tener espacios de contención e
specíficos y primarios donde la urgencia sea atendida de acuerdo a sus síntomas psicológicos, clínicos, espirituales y sociales. Allí sí es necesario un espacio físico adecuado y un equipo multidisciplinario formado para atender estos casos. Una vez atendida la urgencia y estabilizado el sujeto se trabajara en conjunto con los referentes para definir la continuidad del tratamiento terapéutico según la demanda que presenta, puede ser en espacio ambulatorio, centro de día o tratamiento residencial con reinserción social.
En esta instancia, familia, equipo gubernamental, personal de la justicia y Ongs deberán coordinar armoniosamente los pasos a dar para garantizar que el sujeto pueda integrarse a un nuevo proyecto saludable que le permita poseer su intimidad y “volver” al contexto social desde un lugar distinto y sostenido en el tiempo.

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