No puedo hablar de Diego, no lo conocí y si hubiera sido un paciente, la ética me prohibiría hablar de él. Ojalá los profesionales que lo trataron tengan ética y no hablen miserias, que muestran más de ellos mismos que de sus pacientes.
Hablemos de lo “poco” que se sabe de Diego…
Se sabe que la fama le quitó algunas libertades, no debe ser fácil no poder salir a la calle, levantarte 24/7 con cámaras en la puerta, y con la presión de ser “el mejor”. Pero hasta ahí no podríamos augurar un final tan duro.
Hay una nota donde él mismo dice que si no hubiera sido por las drogas hubiera sido un jugador brillante. Su peor amo fue la adicción (addictus /esclavo.) Ya no importa qué, con quién, desde cuándo… Si algo debemos analizar para hacer una discusión superadora en el tema, si queremos que llegue algo que no sea simple circo, si queremos aprender de la experiencia tenemos que retornar a los orígenes…
Hablemos de amor, un concepto simple, sencillo y cortito… AMOR RESPONSABLE. Actuar desde el amor responsable es una posición, muy difícil para algunos y muy poco conveniente para otros.
Amor responsable es darle al otro lo que el otro necesita, que no siempre es lo que el otro quiere. Vale como concepto fundante en el trabajo con familias de adictos, con familias con hijos, con familias sin hijos… Vale para todo vínculo!!!!
Pero claro, quién le pone el cascabel al gato!? Quien se anima al rechazo de “Dios”? Quien se anima si la misma ley de salud mental, aquella que debería proteger tanto a pacientes como a profesionales, nos deja solos?
Todo el que que haya trabajado con pacientes con consumo problemático de sustancias y sus familias, puede hacer listas de escenas de berrinches ante un límite, la espera… Las estrategias de manipulación (sobre todo emocional) , y no podemos dejar pasar la posición de víctima que refuerza el consumo… ojo, seamos claros, esas escenas son del paciente Y de sus vínculos. Y también encontramos dolor, soledad, vemos adolescentes atiborrados de objetos, de estímulos, de excesos, sin amor, llenos de soledad, con angustia enraizada en lo más profundo y ahí frente a ese gran hueco… consumo. ¿Dónde hay amor responsable en una familia en que el adolescente llega borracho todos los fines de semana mientras maneja el auto familiar? En Un botiquín lleno de psicofarmacos sin prescripción médica ? En el Abandono escolar sin que exista registro en la familia? En Un joven internado en la guardia de un hospital en reiteradas ocasiones por intoxicaciones, y peleas callejeras pero que “no quiere’ hacer tratamiento?
La lamentable muerte de Diego nos tiene que dejar una discusión sería respecto de las bases de prevención (¿?) que tenemos en nuestro país, y sobre todo una discusión sería sobre la ley que hoy no protege a nadie. Una ley que nada tiene de amor responsable.

 

Florencia Innamoratto

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